Entró otra vez en la sinagoga, y estaba allà un hombre que tenÃa la mano paralizada.
Y estaban al acecho a ver si le sanarÃa en sábado, a fin de acusarle.
Entonces dijo al hombre que tenÃa la mano paralizada: --¡Ponte de pie en medio!
Y a ellos les dijo: --¿Es lÃcito en sábado hacer bien o hacer mal? ¿Salvar la vida o matar? Pero ellos callaban.
Y mirándolos en derredor con enojo, dolorido por la dureza de sus corazones, dijo al hombre: --Extiende tu mano. Y la extendió, y su mano le fue restaurada.
Si un reino se divide contra sÃ, ese reino no puede permanecer.
Si una casa se divide contra sÃ, esa casa no podrá permanecer.
Y si Satanás se levanta contra sà mismo y está dividido, no puede permanecer, sino que su fin ha llegado.
Al contrario, nadie puede entrar en la casa de un hombre fuerte y saquear sus bienes a menos que primero ate al hombre fuerte. Y entonces saqueará su casa.
De cierto os digo que a los hijos de los hombres les serán perdonados todos los pecados y blasfemias, cualesquiera que sean.
Pero cualquiera que blasfeme contra el EspÃritu Santo no tendrá perdón jamás, sino que es culpable de pecado eterno."
Dijo esto porque decÃan: "Tiene espÃritu inmundo."
Entonces fueron su madre y sus hermanos, y quedándose fuera enviaron a llamarle.