El primer dÃa de la fiesta de los panes sin levadura, cuando sacrificaban el cordero de la Pascua, sus discÃpulos le dijeron: --¿Dónde quieres que vayamos y hagamos los preparativos para que comas la Pascua?
Él envió a dos de sus discÃpulos y les dijo: --Id a la ciudad, y os saldrá al encuentro un hombre llevando un cántaro de agua. Seguidle;
y donde entre, decid al dueño de casa: "El Maestro dice: '¿Dónde está mi habitación donde he de comer la Pascua con mis discÃpulos?'"
Volvió por tercera vez y les dijo: --¿TodavÃa estáis durmiendo y descansando? Basta ya. La hora ha venido. He aquÃ, el Hijo del Hombre es entregado en manos de los pecadores.
¡Levantaos, vamos! He aquÃ, está cerca el que me entrega.
Y en seguida cantó el gallo por segunda vez, y Pedro se acordó de la palabra, como Jesús le habÃa dicho: "Antes que cante el gallo dos veces, tú me negarás tres veces." Y pensando en esto, lloraba.