Entonces comenzó a hablarles en parábolas: --Un hombre plantó una viña. La rodeó con una cerca, cavó un lagar, edificó una torre, la arrendó a unos labradores y se fue lejos.
A su debido tiempo envió un siervo a los labradores, para recibir de los labradores una parte del fruto de la viña.
Pero ellos lo tomaron, lo hirieron y le enviaron con las manos vacÃas.
Dios no es Dios de muertos, sino de vivos. Vosotros erráis mucho.
Se le acercó uno de los escribas al oÃrles discutir; y dándose cuenta de que Jesús habÃa respondido bien, le preguntó: --¿Cuál es el primer mandamiento de todos?
Jesús le respondió: --El primero es: Escucha, Israel: El Señor nuestro Dios, el Señor uno es.
Y amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma, con toda tu mente y con todas tus fuerzas.
y amarle con todo el corazón, con todo el entendimiento, y con todas las fuerzas, y amar al prójimo como a sà mismo, vale más que todos los holocaustos y sacrificios.
Y viendo Jesús que habÃa respondido sabiamente, le dijo: --No estás lejos del reino de Dios. Ya nadie se atrevÃa a hacerle más preguntas.
Mientras estaba enseñando en el templo, Jesús respondiendo decÃa: --¿Cómo es que dicen los escribas que el Cristo es hijo de David?