Cuando Balaam vio que a Jehovah le parecÃa bien que bendijese a Israel, no fue como las otras veces en busca de encantamientos, sino que afirmó su rostro hacia el desierto.
Entonces se encendió el furor de Balac contra Balaam, y dando palmadas Balac dijo a Balaam: --¡Yo te he llamado para que maldigas a mis enemigos, y he aquà tú los has colmado de bendiciones estas tres veces!
¡Ahora lárgate a tu lugar! Yo dije que te llenarÃa de honores, pero he aquà Jehovah te ha privado de honores.
"Aunque Balac me diera su casa llena de plata y de oro, yo no podrÃa transgredir el mandato de Jehovah, para hacer cosa alguna, buena ni mala, por mi propia voluntad, y que sólo lo que Jehovah dijera, eso dirÃa yo"?
Entonces pronunció su profecÃa y dijo: "Dice Balaam hijo de Beor, dice el hombre cuyo ojo es perfecto;
dice el que escucha los dichos de Dios, el que tiene el conocimiento del AltÃsimo; el que ve visión del Todopoderoso, caÃdo, pero con los ojos abiertos: