Con ganchos lo pusieron en una jaula y lo llevaron al rey de Babilonia. Lo metieron en la prisión, para que su voz ya no fuese oÃda sobre los montes de Israel.
"'Tu madre era como una vid en tu viña plantada junto a las aguas. Era fructÃfera y llena de ramas a causa de la abundancia de aguas.
Ella tenÃa varas fuertes para cetros de gobernantes. Se elevó su estatura hasta las nubes; se hizo visible por su altura y por la abundancia de sus ramas.
Pero con ira fue arrancada y derribada a tierra. El viento del oriente secó su fruto; sus varas fuertes fueron quebradas y se secaron. El fuego las consumió.
Ahora está transplantada en el desierto, en una tierra reseca y sedienta.
Y ha salido fuego de la vara de sus renuevos, el cual consumió su fruto. En ella no ha quedado una vara fuerte, un cetro para gobernar.'" Éste es un lamento, y como lamento servirá.