Entonces el EspÃritu me elevó y me llevó a la puerta oriental de la casa de Jehovah, la que da hacia el este. Y he allÃ, en la entrada de la puerta habÃa veinticinco hombres, entre los cuales vi a JazanÃas hijo de Azur y a PelatÃas hijo de BenaÃas, magistrados del pueblo.
Por tanto, diles que asà ha dicho el Señor Jehovah: 'Aunque los he arrojado lejos entre las naciones y aunque los he dispersado por los paÃses, por un breve tiempo he sido para ellos un santuario en los paÃses a donde han llegado.'
Entonces los querubines alzaron sus alas, con las ruedas que estaban junto a ellos. Y la gloria del Dios de Israel estaba por encima, sobre ellos.
Luego la gloria de Jehovah ascendió de en medio de la ciudad, y se detuvo sobre el monte que está al oriente de la ciudad.
Luego el EspÃritu me elevó y me volvió a llevar en visión del EspÃritu de Dios a Caldea, a los que estaban en la cautividad. Entonces la visión que habÃa visto se fue de mÃ.