La palabra de Jehovah que vino a JeremÃas, diciendo:
"Ponte de pie junto a la puerta de la casa de Jehovah y proclama allà esta palabra. Diles: OÃd la palabra de Jehovah, todos los de Judá que entráis por estas puertas para adorar a Jehovah.
Los hijos recogen la leña, y los padres encienden el fuego. Las mujeres amasan la masa para hacer tortas a la Reina del Cielo y para derramar libaciones a otros dioses, para ofenderme.
¿Me ofenderán a m�, dice Jehovah. ¿Acaso no actúan, más bien, para su propia vergüenza?"
Por tanto, asà ha dicho el Señor Jehovah: "He aquà que mi furor y mi ira se derraman sobre este lugar, sobre los hombres y sobre los animales, sobre los árboles del campo y sobre los frutos de la tierra. Se encenderá y no se apagará."
Pero no escucharon ni inclinaron su oÃdo, sino que caminaron en la dureza de su malvado corazón, según sus propios planes. Caminaron hacia atrás y no hacia adelante.
Pero no me escucharon ni inclinaron su oÃdo; más bien, endurecieron su cerviz y actuaron peor que sus padres.
"Tú, pues, les dirás todas estas palabras, pero no te escucharán; los llamarás, pero no te responderán.
Por tanto, les dirás: 'Ésta es la nación que no escuchó la voz de Jehovah su Dios ni aceptó la corrección. La fidelidad se ha perdido; ha sido eliminada de sus bocas.'
"Corta tu cabellera y arrójala. Prorrumpe en lamento sobre los cerros, pues Jehovah ha rechazado y ha abandonado a la generación, objeto de su ira.
Porque los hijos de Judá han hecho lo malo ante mis ojos, dice Jehovah. Han puesto sus Ãdolos abominables en el templo que es llamado por mi nombre, contaminándolo.
Por tanto, dice Jehovah, he aquà vendrán dÃas en que no se dirá más Tófet, ni valle de Ben-hinom, sino valle de la Matanza. En el Tófet serán sepultados por no haber más lugar.
Los cadáveres de este pueblo servirán de comida a las aves del cielo y a los animales de la tierra, y no habrá quien los espante.