La palabra que vino a JeremÃas con respecto a todos los judÃos que habitaban en la tierra de Egipto, que habitaban en Migdol, en Tafnes, en Menfis y en la tierra de Patros, diciendo:
a causa de la maldad que ellos cometieron, provocándome a ira, ya que fueron a quemar incienso y a servir a otros dioses que ni ellos, ni vosotros ni vuestros padres conocieron.
Hasta el dÃa de hoy no se han humillado, ni han tenido temor, ni han caminado en mi ley ni en mis estatutos que puse delante de vosotros y delante de vuestros padres."
Y del remanente de Judá que entró en la tierra de Egipto para residir allÃ, no habrá quien escape, ni quien sobreviva para volver a la tierra de Judá, a la cual ellos suspiran por regresar, para habitar allÃ. Porque no regresarán sino los que escapen."
Entonces todos los hombres que sabÃan que sus mujeres quemaban incienso a otros dioses, y todas las mujeres que estaban presentes y una gran concurrencia, todo el pueblo que habitaba en Patros en tierra de Egipto, respondieron a JeremÃas diciendo:
--La palabra que nos has hablado en nombre de Jehovah, no te la escucharemos.
Pero desde que dejamos de quemar incienso a la Reina del Cielo y de derramarle libaciones, nos falta de todo, y somos exterminados por la espada y por el hambre.
Y las mujeres dijeron: --Cuando nosotras quemábamos incienso a la Reina del Cielo y le derramábamos libaciones, ¿acaso era sin el conocimiento de nuestros maridos que le hacÃamos tortas, reproduciendo su imagen, y le derramábamos libaciones?
Entonces JeremÃas habló a todo el pueblo, a los hombres, a las mujeres y a todo el pueblo que le habÃa respondido esto, diciendo:
Jehovah no pudo soportaros más, a causa de la maldad de vuestras obras y a causa de las abominaciones que habÃais hecho. Por tanto, vuestra tierra ha sido convertida en ruinas, en horror y en maldición, hasta no quedar habitantes, como en este dÃa.
Porque quemasteis incienso y pecasteis contra Jehovah y no obedecisteis la voz de Jehovah, ni anduvisteis en su ley, ni en sus estatutos, ni en sus testimonios. Por eso ha venido sobre vosotros este mal, como en este dÃa.
JeremÃas dijo además a todo el pueblo y a las mujeres: --OÃd la palabra de Jehovah, todos los de Judá que estáis en la tierra de Egipto.
Por tanto, oÃd la palabra de Jehovah, todos los de Judá que habitáis en la tierra de Egipto: "He aquÃ, ha dicho Jehovah, he jurado por mi gran nombre que no será invocado más mi nombre en toda la tierra de Egipto por la boca de ningún hombre de Judá, diciendo: '¡Vive el Señor Jehovah!'
He aquà que yo vigilo sobre ellos para mal, y no para bien. Todos los hombres de Judá que están en la tierra de Egipto serán exterminados por la espada y por el hambre, hasta que perezcan del todo.