¡Alzad bandera hacia Sion; buscad refugio y no os detengáis!' Porque yo hago venir del norte calamidad y gran quebrantamiento.
El león sale de su espesura; se ha puesto en marcha el destructor de las naciones. Ha salido de su lugar para convertir tu tierra en desolación. Tus ciudades serán devastadas y dejadas sin habitantes.
Por eso, ceñÃos de cilicio. Lamentad y gemid, porque el ardor de la ira de Jehovah no se ha apartado de nosotros.
"Y sucederá en aquel dÃa que desfallecerá el corazón del rey y el corazón de los magistrados, dice Jehovah. Los sacerdotes se quedarán horrorizados, y los profetas quedarán atónitos."
He aquà que subirá como las nubes, y sus carros son como torbellino. Sus caballos son más veloces que las águilas. ¡Ay de nosotros, porque somos devastados!
Porque mi pueblo es insensato; no me conocen. Son hijos ignorantes y carentes de entendimiento. Son expertos para hacer el mal, pero no saben hacer el bien.
Todas las ciudades huyen del estruendo de los jinetes y de los arqueros. Se meten en la espesura de los bosques y suben a los peñascos. Todas las ciudades están abandonadas; nadie habita en ellas.
Porque oà una voz como de mujer que tiene dolores de parto, angustia como de primeriza. Es la voz de la hija de Sion que gime y extiende sus manos, diciendo: "¡Ay de mÃ, pues mi alma desfallece ante los asesinos!"