Asà ha dicho Jehovah: "Maldito el hombre que confÃa en el hombre, que se apoya en lo humano y cuyo corazón se aparta de Jehovah.
Será como la retama en el Arabá; no verá cuando venga el bien, sino que morará en los pedregales del desierto, en tierra salada e inhabitable.
"Bendito el hombre que confÃa en Jehovah, y cuya confianza es Jehovah.
Será como un árbol plantado junto a las aguas y que extiende sus raÃces a la corriente. No temerá cuando venga el calor, sino que sus hojas estarán verdes. En el año de sequÃa no se inquietará, ni dejará de dar fruto.
Yo, Jehovah, escudriño el corazón y examino la conciencia, para dar a cada hombre según su camino y según el fruto de sus obras."
Como la perdiz, que incuba lo que no puso, es el que acumula riquezas, pero no con justicia. En la mitad de sus dÃas las dejará, y en su postrimerÃa resultará ser un insensato.
Trono de gloria, sublime desde el principio, es el lugar de nuestro santuario.
Oh Jehovah, esperanza de Israel, todos los que te abandonan serán avergonzados, y los que se apartan de ti serán inscritos en el polvo; porque han abandonado a Jehovah, la fuente de aguas vivas."
He aquà que ellos me dicen: "¿Dónde está la palabra de Jehovah? ÂA ver, pues, que se cumpla!"
Pero yo no he insistido detrás de ti para traer el daño, ni he anhelado el dÃa de la calamidad; tú lo sabes. Lo que ha salido de mi boca fue en tu presencia.
No me causes terror; tú eres mi refugio en el dÃa del mal.