He aquà que la mano de Jehovah no se ha acortado para salvar, ni su oÃdo se ha ensordecido para oÃr.
Vuestras iniquidades son las que hacen separación entre vosotros y vuestro Dios. Vuestros pecados han hecho que su rostro se oculte de vosotros para no escuchar.
Porque vuestras manos se han contaminado con sangre, y vuestros dedos con iniquidad. Vuestros labios hablan mentira, y vuestra lengua murmura maldad.
No hay quien clame por justicia, ni quien vaya a juicio con integridad. ConfÃan en la vanidad y hablan falsedades. Conciben afanes y dan a luz iniquidad.
Incuban huevos de vÃboras y tejen telas de arañas. El que coma de sus huevos morirá, y del que sea aplastado saldrá una serpiente.
Sus telarañas no servirán para vestirse, ni se cubrirán con sus obras. Sus obras son obras de iniquidad; hechos de violencia hay en sus manos.
Sus pies corren al mal, y se apresuran a derramar sangre inocente. Sus pensamientos son pensamientos de iniquidad; destrucción y ruina hay en sus calzadas.
No conocen el camino de la paz, ni hay justicia en sus sendas. Sus senderos son torcidos; cualquiera que vaya por ellos no conocerá la paz.
Por esto el derecho se ha alejado de nosotros, y no nos ha alcanzado la justicia. Esperamos luz, pero he aquà tinieblas. Esperamos resplandor, pero andamos en la oscuridad.
Gruñimos todos nosotros como osos, y gemimos lastimeramente como palomas. Esperamos justicia, y no la hay; salvación, y está lejos de nosotros.
Porque nuestras transgresiones se han multiplicado delante de ti, y nuestro pecado ha testificado contra nosotros. Porque con nosotros permanecen nuestras transgresiones; reconocemos nuestras iniquidades.
Transgredimos y negamos a Jehovah; volvemos atrás dejando de seguir a nuestro Dios. Hablamos de opresión y de rebelión; concebimos y proferimos desde el corazón palabras de mentira.
El derecho ha sido rechazado, y la justicia se mantiene a distancia. La verdad tropieza en la plaza, y la honestidad no puede entrar.
La verdad está ausente, y el que se aparta del mal es despojado. Jehovah ha visto esto, y el hecho que no haya justicia es malo ante sus ojos.
Vio, pues, que no habÃa nadie, y se asombró de que no hubiese quien intercediese. Por tanto, su propio brazo le produjo salvación, y su propia justicia lo sostuvo.
Se vistió con la coraza de justicia, y puso el casco de salvación sobre su cabeza. Se vistió de ropas de venganza y se cubrió de celo como con un manto.
De acuerdo con sus hechos, asà dará la retribución: ira para sus adversarios y furor para sus enemigos. Dará su retribución a las costas.