¡Ay de la corona de soberbia de los borrachos de EfraÃn y de la flor marchita de la hermosura de su gloria, que está sobre la cabeza de los que se glorÃan de la abundancia, de los aturdidos por el vino!
He aquà que viene de parte de Jehovah alguien que es fuerte y poderoso. Derriba a tierra con fuerza, como tormenta de granizo y tempestad destructora, como tormenta de recias aguas que inundan.
Con los pies será pisoteada la corona de soberbia de los borrachos de EfraÃn.
Y la flor marchita de la hermosura de su gloria, que está sobre la cabeza de los que se glorÃan de la abundancia, será como la fruta temprana, antes del verano, la cual cuando alguien la ve, se la traga tan pronto como la tiene en su mano.
Porque mandato tras mandato, mandato tras mandato; lÃnea tras lÃnea, lÃnea tras lÃnea; un poquito allÃ, un poquito allÃ..."
¡Ciertamente, con balbuceo de labios y en otro idioma hablará Dios a este pueblo!
A ellos habÃa dicho: "Éste es el reposo; dad reposo al cansado. Éste es el lugar de descanso." Pero ellos no quisieron escuchar.
Por lo cual, la palabra de Jehovah para ellos será: "Mandato tras mandato, mandato tras mandato; lÃnea tras lÃnea, lÃnea tras lÃnea; un poquito allÃ, un poquito allÃ; para que vayan y caigan de espaldas y sean quebrantados, atrapados y apresados."
Por tanto, asà ha dicho el Señor Jehovah: "He aquà que yo pongo como cimiento en Sion una piedra, una piedra probada. Una preciosa piedra angular es puesta como cimiento. El que crea no se apresure.
Cada vez que pase, os arrebatará; porque pasará mañana tras mañana, de dÃa y de noche. Entonces entender el mensaje sólo traerá terror."
La cama es demasiado corta para estirarse sobre ella, y la manta es demasiado estrecha para envolverse en ella.
Porque Jehovah se levantará como en el monte Perazim, y se enardecerá como en el valle de Gabaón, para hacer su obra, su rara obra; para hacer su trabajo, su extraño trabajo.
Su Dios le enseña y le instruye en cuanto a lo que es correcto:
que el eneldo no se trilla con el trillo, ni sobre el comino se hace rodar la rueda de la carreta; sino que el eneldo se golpea con un palo, y el comino con una vara.
Por cierto, no se muele el grano indefinidamente, ni se lo trilla sin fin. Pero haciendo pasar la rueda de la carreta, lo esparce y no lo tritura.