Dura visión me ha sido revelada. El traidor traiciona, y el destructor destruye. ¡Sube, oh Elam! ¡Asedia, oh Media! Hice cesar todo su gemido.
Por tanto, mis lomos se han estremecido de dolor; convulsiones se han apoderado de mÃ, como las convulsiones de una mujer que da a luz. Estoy tan entristecido que no lo puedo oÃr, y tan espantado que no lo puedo ver.
Mi mente divaga; el terror se ha apoderado de mÃ. El anochecer que yo anhelaba se me ha convertido en temblor.
Preparan la mesa, arreglan los asientos, comen y beben. ¡Levantaos, oh jefes; sacad brillo a los escudos!
Porque asà me dice el Señor: --Anda, pon un centinela que anuncie lo que vea.