Acabadas estas cosas, se acercaron a mà los magistrados y dijeron: "El pueblo de Israel, los sacerdotes y los levitas no se han separado de los pueblos de las tierras en cuanto a las abominaciones de los cananeos, los heteos, los ferezeos, los jebuseos, los amonitas, los moabitas, los egipcios y los amorreos.
y dije: "Dios mÃo, estoy avergonzado y afrentado como para levantar mi cara a ti, oh Dios mÃo; porque nuestras iniquidades se han multiplicado sobre nuestras cabezas, y nuestra culpa ha crecido hasta los cielos.
Desde los dÃas de nuestros padres hasta el dÃa de hoy hemos tenido gran culpabilidad, y por nuestras iniquidades nosotros, nuestros reyes y nuestros sacerdotes hemos sido entregados en mano de los reyes de otras tierras, a la espada, al cautiverio, al saqueo y a una vergüenza total, como en este dÃa.
Y ahora, por un breve momento, se ha mostrado la misericordia de Jehovah nuestro Dios al dejarnos sobrevivientes libres y al darnos un punto de apoyo en su lugar santo, para que nuestro Dios alumbre nuestros ojos, y nos revitalice un poco en medio de nuestra servidumbre.
que mandaste por medio de tus siervos los profetas, diciendo: 'La tierra a la cual vais para tomarla en posesión es una tierra inmunda a causa de la inmundicia de los pueblos de aquellas tierras, que por sus abominaciones la han llenado de su inmundicia de un extremo a otro.
¿hemos de volver a traspasar tus mandamientos y a emparentar con los pueblos que cometen estas abominaciones? ¿No te indignarás contra nosotros hasta consumirnos, de modo que no quede un remanente ni sobrevivientes?
Oh Jehovah Dios de Israel, tú eres justo, pues hemos quedado sobrevivientes como en este dÃa. Henos aquà delante de ti, a pesar de nuestra culpa; porque nadie puede permanecer en tu presencia, a causa de esto."