En el primer año de Ciro, rey de Persia, y para que se cumpliese la palabra de Jehovah por boca de JeremÃas, Jehovah despertó el espÃritu de Ciro, rey de Persia, quien hizo pregonar por todo su reino, oralmente y por escrito, diciendo:
Todos los que estaban en los alrededores les ayudaron con objetos de plata y de oro, con bienes, ganado y objetos preciosos, además de todas las ofrendas voluntarias.