Él hizo lo recto ante los ojos de Jehovah, conforme a todas las cosas que habÃa hecho su padre David.
En el mes primero del primer año de su reinado, abrió las puertas de la casa de Jehovah y las reparó.
Hizo venir a los sacerdotes y a los levitas, los reunió en la plaza oriental
y les dijo: --OÃdme, oh levitas: Purificaos ahora, y purificad luego la casa de Jehovah, Dios de vuestros padres, sacando del santuario la inmundicia.
Porque nuestros padres han sido infieles y han hecho lo malo ante los ojos de Jehovah, nuestro Dios. Ellos le han abandonado, han apartado sus rostros del tabernáculo de Jehovah, y le han vuelto las espaldas.
Incluso han cerrado las puertas del pórtico y han apagado las lámparas. No han quemado incienso ni han ofrecido holocaustos en el santuario al Dios de Israel.
Simri y Jeiel, de los hijos de Elizafán; ZacarÃas y MatanÃas, de los hijos de Asaf;
Yejiel y Simi, de los hijos de Hemán: SemaÃas y Uziel, de los hijos de Jedutún.
Éstos reunieron a sus hermanos, se purificaron y entraron para limpiar la casa de Jehovah, conforme al mandato del rey, basado en la palabra de Jehovah.
Los sacerdotes entraron en la parte interior de la casa de Jehovah para limpiarla. Sacaron al atrio de la casa de Jehovah toda la inmundicia que hallaron en el templo de Jehovah, y los levitas la tomaron para sacarla fuera, al arroyo de Quedrón.
Comenzaron a purificarlo el primero del mes primero. El octavo dÃa del mismo mes entraron en el pórtico de Jehovah y purificaron la casa de Jehovah en ocho dÃas. Y acabaron el dÃa 16 del mes primero.
Luego pasaron adentro, ante el rey EzequÃas, y le dijeron: --Ya hemos limpiado toda la casa de Jehovah, el altar del holocausto y todos sus utensilios; igualmente, la mesa de la presentación y todos sus utensilios.
Asimismo, hemos preparado y consagrado todos los utensilios que en su infidelidad habÃa puesto de lado el rey Acaz mientras reinaba. He aquÃ, ellos están delante del altar de Jehovah.
El rey EzequÃas se levantó muy de mañana, reunió a los dirigentes de la ciudad y subió a la casa de Jehovah.
Llevaron siete toros, siete carneros, siete corderos y siete machos cabrÃos para hacer un sacrificio por el pecado a favor del reino, del santuario y de Judá. Y mandó a los sacerdotes hijos de Aarón que los ofreciesen como holocausto sobre el altar de Jehovah.
Entonces mataron los toros, y los sacerdotes tomaron la sangre y la esparcieron sobre el altar. Mataron luego los carneros y esparcieron la sangre sobre el altar. Asimismo, mataron los corderos y esparcieron la sangre sobre el altar.
Entonces los sacerdotes los degollaron y con su sangre hicieron un sacrificio por el pecado en el altar, para hacer expiación por todo Israel. Porque el rey habÃa ordenado el holocausto y el sacrificio por el pecado, por todo Israel.
Asà que los levitas estuvieron de pie con los instrumentos de David, y los sacerdotes con las trompetas.
Entonces EzequÃas mandó que se ofreciera el holocausto sobre el altar. Y cuando el holocausto empezó a ser ofrecido, comenzó el canto a Jehovah con las trompetas y los instrumentos de David, rey de Israel.
Toda la congregación adoraba mientras resonaba el canto y sonaban las trompetas, todo hasta acabarse el holocausto.
Entonces el rey EzequÃas y los dirigentes mandaron a los levitas que alabasen a Jehovah con las palabras de David y del vidente Asaf. Y ellos alabaron con grande gozo, y se inclinaron y adoraron.
Las ofrendas consagradas fueron de 600 toros y 3.000 ovejas.
Sin embargo, los sacerdotes eran pocos y no bastaban para desollar todos los holocaustos, de modo que sus hermanos los levitas les ayudaron, hasta que acabaron la obra y hasta que los sacerdotes se purificaron. Porque los levitas habÃan sido más concienzudos que los sacerdotes en purificarse.
AsÃ, pues, hubo una gran cantidad de holocaustos, con los sebos de los sacrificios de paz y con las libaciones de cada holocausto. Asà quedó restablecido el servicio de la casa de Jehovah.
EzequÃas y todo el pueblo se alegraron por lo que Dios habÃa realizado a favor del pueblo, porque la cosa se habÃa hecho con rapidez.