En aquellos tiempos no habÃa paz ni para el que salÃa, ni para el que entraba, porque habÃa muchas aflicciones sobre todos los habitantes de los paÃses.
Una nación era destruida por otra nación, y una ciudad por otra ciudad, porque Dios los turbaba con toda clase de calamidades.
Pero vosotros, esforzaos; no desfallezcan vuestras manos, porque vuestra obra tiene recompensa."