Entonces el rey llamó a los gabaonitas y les habló. Los gabaonitas no eran de los hijos de Israel, sino del remanente de los amorreos, a los cuales los hijos de Israel habÃan hecho juramento. Pero debido a su celo por los hijos de Israel y de Judá, Saúl habÃa procurado matarlos.
Ellos respondieron al rey: --De aquel hombre que nos destruyó y maquinó contra nosotros para exterminarnos, sin dejar nada de nosotros en todo el territorio de Israel,
El rey perdonó la vida a Mefiboset hijo de Jonatán, hijo de Saúl, por el juramento de Jehovah que habÃa entre ellos, entre David y Jonatán hijo de Saúl.
Los entregó en mano de los gabaonitas, y ellos los ahorcaron en el monte delante de Jehovah; y murieron los siete juntos. Ellos fueron muertos en los primeros dÃas de la siega, al comienzo de la siega de la cebada.
Y Rizpa hija de AyÃas tomó una manta de cilicio y se la tendió sobre una roca, desde el principio de la siega hasta que empezó a llover sobre ellos agua del cielo, sin dejar que ningún ave del cielo se posase sobre ellos de dÃa, ni los animales del campo de noche.
Informaron a David de lo que hacÃa Rizpa hija de AyÃas, concubina de Saúl;
Aconteció que hubo otra batalla de los filisteos contra Israel. David descendió con sus servidores y combatieron contra los filisteos, y David quedó extenuado.
Entonces Isbi-benob, uno de los descendientes de Harafa, cuya lanza pesaba 300 siclos de bronce, ceñido con una espada nueva, trató de matar a David.
Pero Abisai, hijo de Sarvia, le socorrió, hirió al filisteo y lo mató. Entonces los hombres de David le juraron diciendo: "No saldrás más con nosotros a la batalla, no sea que apagues la lámpara de Israel."