Entonces, mientras ofrecÃa los sacrificios, Absalón mandó llamar a Ajitofel el gilonita, consejero de David, de Gilo su ciudad. La conspiración se hizo poderosa, y el pueblo que estaba de parte de Absalón seguÃa aumentando.
Un mensajero vino a David y dijo: --¡El corazón de los hombres de Israel se va tras Absalón!
--Además, el rey dijo al sacerdote Sadoc--: ¿No eres tú un vidente? Regresa en paz a la ciudad, y regresen con vosotros vuestros dos hijos: tu hijo Ajimaas y Jonatán hijo de Abiatar.
Sucedió que cuando David llegó a la cumbre del monte donde se solÃa adorar a Dios, he aquà que Husai el arquita le salió al encuentro, con sus vestiduras rasgadas y tierra sobre su cabeza.
Entonces David le dijo: --Si vienes conmigo, me serás una carga.