Si el dinero que hallamos en la boca de nuestros costales te lo volvimos a traer desde la tierra de Canaán, ¿cómo, pues, Ãbamos a robar plata u oro de la casa de tu señor?
Aquel de tus siervos en cuyo poder sea hallada la copa, que muera; y nosotros seremos esclavos de mi señor.
Aconteció, pues, que cuando fuimos a tu siervo, mi padre, le contamos las palabras de mi señor.
Y nuestro padre dijo: "Volved a comprarnos un poco más de alimentos."
Nosotros respondimos: "No podemos ir, a menos que nuestro hermano menor vaya con nosotros. Porque no podemos ver la cara de aquel hombre si nuestro hermano menor no está con nosotros."
sucederá que cuando vea que no está con nosotros el muchacho, morirá. Asà tus siervos habremos hecho descender las canas de tu siervo, nuestro padre, con dolor, a la sepultura.