Jacob escuchó las palabras de los hijos de Labán, que decÃan: "Jacob ha tomado todo lo que era de nuestro padre; de lo que era de nuestro padre ha adquirido toda esta riqueza."
Toda la riqueza que Dios ha quitado a nuestro padre es nuestra y de nuestros hijos. Ahora pues, haz todo lo que Dios te ha dicho.
Entonces Jacob se levantó e hizo subir a sus mujeres y a sus hijos sobre los camellos.
Luego condujo todo su ganado y todas las posesiones que habÃa adquirido, el ganado de su propiedad que habÃa adquirido en Padan-aram, para ir a su padre Isaac en la tierra de Canaán.
Labán se habÃa ido a esquilar sus ovejas, y Raquel hurtó los Ãdolos de su padre.
Además Jacob engañó a Labán el arameo al no decirle que se iba.
Huyó, pues, Jacob con todo lo que tenÃa. Y levantándose cruzó el RÃo y se dirigió a la región montañosa de Galaad.
Al tercer dÃa le informaron a Labán que Jacob habÃa huido.
Entró, pues, Labán en la tienda de Jacob, en la tienda de Lea y en las tiendas de las dos siervas, y no los halló. Saliendo de la tienda de Lea, fue a la tienda de Raquel.
Pero Raquel habÃa tomado los Ãdolos, los habÃa puesto en la montura de un camello y se habÃa sentado encima de ellos. Labán, pues, rebuscó toda la tienda y no los halló.
Entonces ella dijo a su padre: --No se enoje mi señor porque no pueda levantarme delante de ti, pues estoy con la regla de las mujeres. Buscó, pues, los Ãdolos, pero no los encontró.
Entonces Jacob se enojó y recriminó a Labán; respondió Jacob y dijo a Labán: --¿Cuál es mi transgresión? ¿Cuál es mi pecado para que me hayas perseguido con tanto ardor?
Si el Dios de mi padre, el Dios de Abraham y el Temor de Isaac, no estuviera conmigo, de cierto me dejarÃas ir ahora sin nada. Pero Dios ha visto mi aflicción y el duro trabajo de mis manos; por eso te reprendió anoche.