Entonces Abimelec se levantó muy de mañana, llamó a todos sus servidores y dijo todas estas palabras a oÃdos de ellos. Y los hombres temieron mucho.
Cuando Dios me hizo salir errante de la casa de mi padre, yo le dije a ella: "Éste es el favor que tú me harás: En todos los lugares a los que lleguemos dirás de mÃ: 'Él es mi hermano.'"
Entonces Abimelec tomó ovejas y vacas, siervos y siervas; se los dio a Abraham y le devolvió a Sara su mujer.
Y le dijo Abimelec: --He aquà mi tierra está delante de ti. Habita donde bien te parezca.
A Sara le dijo: --He aquà que he dado 1.000 piezas de plata a tu hermano. He aquà que esto constituye para ti y para todos los que están contigo una venda a los ojos. Asà eres totalmente vindicada.
Entonces Abraham oró a Dios, y Dios sanó a Abimelec y a su mujer y a sus siervas para que dieran a luz.
Porque Jehovah habÃa cerrado por completo toda matriz en la casa de Abimelec a causa de Sara, mujer de Abraham.