But the God of all grace, who hath called us unto his eternal glory by Christ Jesus, after that ye have suffered a while, make you perfect, stablish, strengthen, settle you.
HabÃan capturado a las mujeres y a todos los que vivÃan allÃ, chicos y grandes, aunque no habÃan matado a nadie; simplemente se los habÃan llevado cautivos.
Cuando David y sus hombres llegaron a Siclag y vieron que la ciudad habÃa sido incendiada y que las mujeres y sus hijos habÃan sido capturados,
se pusieron tan tristes que lloraron a voz en cuello, hasta que se cansaron.
Entre las cautivas estaban las dos mujeres de David, es decir, Ajinoán la jezreelita y AbigaÃl, la viuda de Nabal.
David se angustió porque todo el pueblo querÃa apedrearlo, pues les dolÃa haber perdido a sus hijas y a sus hijos, pero halló fuerzas en el Señor su Dios.
Y como David se lo juró, el egipcio lo llevó adonde estaban ellos. Cuando llegaron, David vio a la tropa esparcida y en completo desorden. Estaban comiendo y bebiendo, y haciendo una gran fiesta con todo el botÃn que habÃan tomado de los filisteos y de la tierra de Judá.
David, aprovechando su descuido, los hirió de muerte durante todo ese dÃa y hasta la tarde del dÃa siguiente, sin dejar con vida más que a cuatrocientos jóvenes que huyeron montados en sus camellos.
Cuando David llegó al torrente de Besor, los doscientos hombres que por cansancio no habÃan podido acompañarlo salieron a recibirlo, y al verlos David, los saludó en paz.
Pero David les dijo:«No se porten asÃ, hermanos mÃos. El Señor nos ha protegido y nos ha permitido recuperar lo que esa banda de malvados que nos atacó nos habÃa arrebatado.
Y desde aquel dÃa y hasta la fecha, esto quedó establecido como una ley y ordenanza en Israel.
Cuando David llegó a Siclag, tomó parte del botÃn y lo repartió entre sus amigos, los ancianos de Judá, junto con este mensaje: «Aquà tienen este presente. Se lo quitamos a los enemigos del Señor, y es para ustedes.»