Y cuando los jefes de los filisteos pasaron revista a sus compañÃas de cien y de mil soldados, vieron que David y sus hombres estaban en la retaguardia con Aquis.
Entonces Aquis mandó llamar a David y le dijo:«Te juro por el Señor que reconozco tu rectitud. Tú has entrado y salido del campamento con toda libertad, y no tengo motivo de queja desde que estás a mi servicio. ¡Pero no les agradas a los jefes!
Creo que es mejor que tranquilamente te regreses a tu casa, para que no se disgusten los jefes filisteos.»
Y Aquis le respondió:«En mi opinión, tú eres un hombre bueno; ¡eres como un ángel de Dios! Pero los jefes de los filisteos me han pedido que no vayas con nosotros a la batalla.
Asà que levántate mañana temprano, junto con tus hombres fieles, y váyanse del campamento.»
Y a la mañana siguiente, David y sus hombres se levantaron para regresar a la tierra de los filisteos, en tanto que los filisteos se fueron a Jezrel.