Asà que báñate y perfúmate, y ponte el mejor de tus vestidos, y ve a la era; pero no te presentes ante ese hombre hasta que haya acabado de comer y de beber.
Y Rut fue a la era e hizo todo lo que su suegra le mandó hacer.
Y cuando Booz terminó de comer y beber, y estaba muy contento, se retiró a dormir junto a un montón de cebada. Entonces Rut llegó sigilosamente, descubrió los pies de Booz y se acostó.
A eso de la medianoche, Booz despertó sobresaltado y, al darse la vuelta, se dio cuenta que habÃa una mujer acostada a sus pies.
Booz le dijo:«¡Que Dios te bendiga, hija mÃa, por esto que has hecho! Al final, tu bondad ha sido mayor que al principio, pues no has ido a buscar a otros más jóvenes que yo, pobres o ricos.
Y Rut durmió a los pies de Booz, pero al amanecer se levantó antes de que se pudieran reconocer unos a otros, pues Booz le dijo que nadie debÃa saber que una mujer habÃa estado en la era.