Amados, no crean a todo espÃritu, sino pongan a prueba los espÃritus, para ver si son de Dios. Porque muchos falsos profetas han salido por el mundo.
y todo espÃritu que no confiesa a Jesús, no es de Dios. Éste es el espÃritu del anticristo, el cual ustedes han oÃdo que viene, y que ya está en el mundo.
Hijitos, ustedes son de Dios, y han vencido a esos falsos profetas, porque mayor es el que está en ustedes que el que está en el mundo.
Ellos son del mundo. Por eso hablan del mundo, y el mundo los oye.
Nosotros somos de Dios. El que conoce a Dios, nos oye; el que no es de Dios, no nos oye. Por esto sabemos cuál es el espÃritu de la verdad, y cuál es el espÃritu del error.
En el amor no hay temor, sino que el perfecto amor echa fuera el temor, porque el temor lleva en sà castigo. Por lo tanto, el que teme, no ha sido perfeccionado en el amor.
Si alguno dice: «Yo amo a Dios», pero odia a su hermano, es un mentiroso. Pues el que no ama a su hermano a quien ha visto, ¿cómo puede amar a Dios, a quien no ha visto?