Though I walk in the midst of trouble, thou wilt revive me: thou shalt stretch forth thine hand against the wrath of mine enemies, and thy right hand shall save me.
El Señor nuestro Dios hizo un pacto con nosotros en Horeb.
Este pacto no lo hizo el Señor con nuestros padres, sino con todos nosotros, los que hoy estamos aquà con vida.
En el monte el Señor habló con ustedes cara a cara, desde en medio del fuego.
Yo estaba entonces entre el Señor y ustedes, para comunicarles la palabra del Señor, pues ustedes tuvieron temor del fuego y no subieron al monte. Y el Señor dijo:
â€No te harás imagen, ni semejanza alguna de lo que está arriba en el cielo, ni abajo en la tierra, ni en las aguas debajo de la tierra.
No te inclinarás ante ellas, ni las honrarás, porque yo soy el Señor tu Dios, fuerte y celoso. Yo visito en los hijos la maldad de los padres que me aborrecen, hasta la tercera y cuarta generación,
pero trato con misericordia infinita a los que me aman y cumplen mis mandamientos.
â€Honrarás a tu padre y a tu madre, como yo, el Señor tu Dios, te lo he ordenado, para que tu vida se alargue y te vaya bien en la tierra que yo, el Señor tu Dios, te doy.
â€No matarás.
â€No cometerás adulterio.
â€No robarás.
â€No presentarás falso testimonio contra tu prójimo.
â€No codiciarás la mujer de tu prójimo, ni su casa, ni su tierra, ni su siervo, ni su esclava, ni su buey, ni su asno, ni nada que le pertenezca a tu prójimo.â€
»El Señor dirigió estas palabras a toda su congregación en el monte, desde el fuego, la nube y la oscuridad. Las pronunció con voz potente, y no añadió más. Las escribió en dos tablas de piedra, que me entregó a mÃ.
Y cuando todos ustedes, los prÃncipes y ancianos de sus tribus, oyeron la voz, que salÃa de en medio de las tinieblas, y vieron que el monte estaba envuelto en llamas, vinieron a verme
»El Señor oyó la voz de sus palabras, cuando ustedes me hablaban, y me dijo: “Ya he oÃdo la voz de este pueblo, y las palabras que ellos te han dicho. Y todo lo que han dicho está bien.
¡Cómo quisiera yo que tuvieran tal corazón, que me temieran y cumplieran siempre todos mis mandamientos, para que a ellos y a sus hijos les fuera siempre bien!