»Amarás al Señor tu Dios, y todos los dÃas cumplirás sus ordenanzas, estatutos, decretos y mandamientos.
Sepan bien hoy, que no estoy hablando con los hijos de ustedes, los cuales no han sabido ni experimentado el castigo del Señor su Dios, ni su grandeza ni su mano poderosa, ni su brazo extendido,
ni sus señales ni los hechos que realizó en medio de Egipto contra el faraón, el rey de Egipto, y contra toda su tierra,
Pero ustedes sà han visto con sus propios ojos todas las grandes obras que el Señor ha hecho.
»Cumplan, pues, todos los mandamientos que en este dÃa yo les mando cumplir, para que cobren fuerzas y crucen el rÃo para entrar y tomar posesión de la tierra;
»La tierra en la que ahora entras, y que vas a poseer, no es como la tierra de Egipto, de donde han salido. Allá sembrabas tu semilla, y la regabas con tu pie, como huerto de hortaliza.
La tierra que van a ocupar al otro lado del rÃo es una tierra de montes y de valles, que se nutre de la lluvia del cielo;
es una tierra que el Señor mismo, tu Dios, cuida: desde que el año comienza, y hasta que termina, los ojos del Señor tu Dios están siempre sobre ella.
»Si ustedes obedecen con todo cuidado los mandamientos que hoy les mando cumplir, y si aman al Señor su Dios y le sirven con todo su corazón y con toda su alma,
Tengan cuidado de que su corazón no se envanezca, y ustedes se aparten y sirvan a dioses ajenos, y se inclinen ante ellos,
porque el furor del Señor se encenderá contra ustedes, y cerrará los cielos para que no llueva, y la tierra no dará su fruto, y pronto ustedes desaparecerán de la buena tierra que el Señor les da.
InscrÃbelas en los postes de tu casa, y en tus puertas,
para que en la tierra que el Señor juró dar a sus padres sean los dÃas de ustedes, y los de sus hijos, tan numerosos como los dÃas de los cielos sobre la tierra.
»Si ustedes cumplen con mucho cuidado todos estos mandamientos que yo les mando cumplir, y si aman al Señor su Dios, y van por todos sus caminos, y lo siguen,
el Señor por su parte arrojará de la presencia de ustedes a todas estas naciones, para que despojen a naciones más grandes y más poderosas que ustedes.
Todo lugar donde planten su pie será de ustedes, y su territorio se extenderá del desierto hasta el LÃbano y del rÃo Éufrates hasta el mar occidental.
»Dense cuenta de que hoy pongo ante ustedes la bendición y la maldición.
La bendición, si ustedes atienden a los mandamientos que yo, el Señor su Dios, hoy les mando cumplir.
La maldición, si no atienden a los mandamientos que yo, el Señor su Dios, hoy les mando cumplir, y se apartan del camino para ir tras dioses ajenos que nunca antes conocieron.
Cuando el Señor tu Dios te haya introducido en la tierra de la cual vas a tomar posesión, pondrás la bendición sobre el monte GuerizÃn, y la maldición sobre el monte Ebal.
Estos montes están al otro lado del Jordán, tras el camino del occidente, en el Arabá, frente a Gilgal, junto al encinar de More, ya en territorio cananeo.
Ustedes van a cruzar el Jordán para tomar posesión de la tierra que el Señor su Dios les da. Tomen posesión de ella, y habÃtenla,
siempre teniendo cuidado de cumplir todos los estatutos y decretos que hoy he expuesto ante ustedes.