Though I walk in the midst of trouble, thou wilt revive me: thou shalt stretch forth thine hand against the wrath of mine enemies, and thy right hand shall save me.
Hermanos, no quiero que ignoren lo relacionado con los dones espirituales.
Ustedes saben que, cuando no eran creyentes, eran arrastrados hacia los Ãdolos mudos.
Por tanto, quiero que sepan que nadie que hable por el EspÃritu de Dios puede maldecir a Jesús; y que nadie puede llamar «Señor» a Jesús, si no es por el EspÃritu Santo.
Ahora bien, hay diversidad de dones, pero el EspÃritu es el mismo.
Hay diversidad de ministerios, pero el Señor es el mismo.
Hay diversidad de actividades, pero Dios, que hace todo en todos, es el mismo.
Pero la manifestación del EspÃritu le es dada a cada uno para provecho.
A uno el EspÃritu le da palabra de sabidurÃa; a otro, el mismo EspÃritu le da palabra de ciencia;
a otro, el mismo EspÃritu le da fe; y a otro, dones de sanidades;
Por un solo EspÃritu todos fuimos bautizados en un solo cuerpo, tanto los judÃos como los no judÃos, lo mismo los esclavos que los libres, y a todos se nos dio a beber de un mismo EspÃritu.
Además, el cuerpo no está constituido por un solo miembro, sino por muchos.
Aun cuando el pie diga: «Yo no soy mano, asà que no soy del cuerpo», no dejará de ser parte del cuerpo.
Y aun cuando la oreja diga: «Yo no soy ojo, asà que no soy del cuerpo», tampoco dejará de ser parte del cuerpo.
Si todo el cuerpo fuera ojo, ¿dónde estarÃa el oÃdo? Y si todo fuera oÃdo, ¿dónde estarÃa el olfato?
Pero Dios ha colocado a cada miembro del cuerpo donde mejor le pareció.
Porque, si todos fueran un solo miembro, ¿dónde estarÃa el cuerpo?
Lo cierto es que son muchos los miembros, pero el cuerpo es uno solo.
Ni el ojo puede decir a la mano: «No te necesito», ni tampoco puede la cabeza decir a los pies: «No los necesito».