y todos bebieron la misma bebida espiritual, porque bebÃan de la roca espiritual que los seguÃa, la cual era Cristo.
Pero la mayorÃa de ellos no agradó a Dios, y por eso quedaron tendidos en el desierto.
Pero todo esto sucedió como un ejemplo para nosotros, a fin de que no codiciemos cosas malas, como ellos lo hicieron.
No sean idólatras, como lo fueron algunos de ellos, según está escrito: «El pueblo se sentó a comer y a beber, y luego se levantó a divertirse.»
Ni murmuren, como algunos de ellos lo hicieron, y perecieron a manos del destructor.
Todo esto les sucedió como ejemplo, y quedó escrito como advertencia para nosotros, los que vivimos en los últimos tiempos.
Asà que, el que crea estar firme, tenga cuidado de no caer.
A ustedes no les ha sobrevenido ninguna tentación que no sea humana; pero Dios es fiel y no permitirá que ustedes sean sometidos a una prueba más allá de lo que puedan resistir, sino que junto con la prueba les dará la salida, para que puedan sobrellevarla.
Por tanto, amados mÃos, huyan de la idolatrÃa.
Les hablo como a personas sensatas; juzguen ustedes mismos lo que digo.
La copa de bendición por la cual damos gracias, ¿no es la comunión de la sangre de Cristo? Y el pan que partimos, ¿no es la comunión del cuerpo de Cristo?
Hay un solo pan, del cual todos participamos; por eso, aunque somos muchos, conformamos un solo cuerpo.
FÃjense en el pueblo de Israel; los que comen de los animales que se ofrendan, son partÃcipes del altar.
Lo que quiero decir es que los animales que ofrecen los no judÃos, se ofrecen a los demonios, y no a Dios; y yo no quiero que ustedes tengan algo que ver con los demonios.