Though I walk in the midst of trouble, thou wilt revive me: thou shalt stretch forth thine hand against the wrath of mine enemies, and thy right hand shall save me.
HabÃa en Samaria un hombre llamado Simón, que antes habÃa practicado la magia, y con ella engañaba a la gente, pues les hacÃa creer que era muy poderoso.
Todos, desde el más pequeño hasta el más grande, lo escuchaban con mucha atención y decÃan que era el gran poder de Dios,
pues con sus artes mágicas habÃa captado su atención y por mucho tiempo los habÃa engañado;
pero muchos hombres y mujeres se bautizaron cuando creyeron las buenas noticias que Felipe les anunciaba del reino de Dios y del nombre de Jesucristo.
Incluso el mismo Simón creyó y se bautizó, y siempre andaba con Felipe; y lleno de asombro veÃa las señales y los grandes milagros que Felipe hacÃa.