Todos ellos oraban y rogaban a Dios continuamente, en unión de las mujeres, de MarÃa la madre de Jesús, y de sus hermanos.
Uno de esos dÃas Pedro se puso de pie, en medio de los hermanos (que estaban reunidos y eran como ciento veinte), y dijo:
«Hermanos mÃos, tenÃa que cumplirse la Escritura, donde por boca de David se dice que el EspÃritu Santo habló acerca de Judas, el que guió a los que prendieron a Jesús.
Nosotros lo considerábamos como uno de los nuestros, porque era parte de este ministerio.
Con lo que le pagaron por su iniquidad, Judas compró un campo; pero se cayó de cabeza y su cuerpo se reventó por la mitad, y todas sus entrañas se derramaron.