Have not I commanded thee? Be strong and of a good courage; be not afraid, neither be thou dismayed: for the LORD thy God is with thee whithersoever thou goest.
Y Jesús volvió a inclinarse, y siguió escribiendo en el suelo.
Ellos, al oÃr esto, se fueron retirando uno a uno, comenzando por los más viejos y siguiendo por los más jóvenes. Sólo se quedó Jesús, y la mujer permanecÃa en medio.
Entonces Jesús se enderezó y le dijo: «Y, mujer, ¿dónde están todos? ¿Ya nadie te condena?»
Ella dijo: «Nadie, Señor.» Entonces Jesús le dijo: «Tampoco yo te condeno. Vete, y no peques más.»]
En otra ocasión, Jesús dijo: «Yo soy la luz del mundo; el que me sigue, no andará en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida.»
Entonces los fariseos le dijeron: «Tú das testimonio acerca de ti mismo; tu testimonio no es verdadero.»
Jesús pronunció estas palabras en el lugar de las ofrendas, cuando enseñaba en el templo; y nadie lo aprehendió, porque aún no habÃa llegado su hora.
Una vez más, Jesús les dijo: «Yo me voy, y ustedes me buscarán; pero en su pecado morirán. A donde yo voy, ustedes no pueden venir.»
Los judÃos decÃan: «¿Acaso se matará a sà mismo? Pues dice: “A donde yo voy, ustedes no pueden venir.â€Â»
Él les dijo: «Ustedes son de aquà abajo; yo soy de allá arriba. Ustedes son de este mundo; yo no soy de este mundo.
Por eso les dije que morirán en sus pecados; porque si ustedes no creen que yo soy, en sus pecados morirán.»
Pero ellos no entendieron que les hablaba del Padre.
Entonces Jesús les dijo: «Cuando ustedes hayan levantado al Hijo del Hombre, sabrán entonces que yo soy, y que nada hago por mà mismo, sino que hablo según lo que el Padre me enseñó.
y conocerán la verdad, y la verdad los hará libres.»
Le respondieron: «Nosotros somos descendientes de Abrahán, y jamás hemos sido esclavos de nadie. ¿Cómo puedes decir: “Ustedes serán libres�»
Jesús les respondió: «De cierto, de cierto les digo, que todo aquel que comete pecado, esclavo es del pecado.
Y el esclavo no se queda en la casa para siempre; el hijo sà se queda para siempre.
Asà que, si el Hijo los liberta, serán verdaderamente libres.
El que es de Dios, escucha las palabras de Dios; pero ustedes no las escuchan, porque no son de Dios.»
Los judÃos le respondieron: «¿Acaso no tenemos razón al decir que tú eres samaritano, y que tienes un demonio?»
Respondió Jesús: «Demonio no tengo. Yo lo que hago es honrar a mi Padre, pero ustedes me deshonran.
Y yo no busco mi gloria. Pero hay uno que la busca, y que juzga.
De cierto, de cierto les digo que, el que obedece mi palabra, nunca verá la muerte.»
Entonces los judÃos le dijeron: «Ahora estamos seguros de que tienes un demonio. Abrahán murió, lo mismo que los profetas; ¿y tú dices: “El que guarda mi palabra, nunca verá la muerteâ€?
Jesús respondió: «Si yo me glorifico a mà mismo, mi gloria nada es; pero el que me glorifica es mi Padre, el que ustedes dicen que es su Dios.
Ustedes no lo conocen, pero yo sà lo conozco. Y si yo dijera que no lo conozco, serÃa un mentiroso como ustedes. Pero lo conozco, y obedezco su palabra.
Abrahán, el padre de ustedes, se alegró al saber que verÃa mi dÃa. Y lo vio, y se alegró.»
Los judÃos le dijeron: «Ni siquiera tienes cincuenta años, ¿y has visto a Abrahán?»
Jesús les dijo: «De cierto, de cierto les digo: Antes de que Abrahán fuera, yo soy.»
Entonces tomaron piedras para arrojárselas; pero Jesús se escondió y salió del templo.