Yo les digo que sin tardanza les hará justicia. Pero cuando venga el Hijo del Hombre, ¿hallará fe en la tierra?»
A unos que a sà mismos se consideraban justos y menospreciaban a los demás, Jesús les dijo esta parábola:
«Dos hombres fueron al templo a orar: uno de ellos era fariseo, y el otro era cobrador de impuestos.
Puesto de pie, el fariseo oraba consigo mismo de esta manera: “Dios mÃo, te doy gracias porque no soy como los demás, que son ladrones, injustos y adúlteros. ¡Ni siquiera soy como este cobrador de impuestos!
Pero el cobrador de impuestos, desde lejos, no se atrevÃa siquiera a levantar los ojos al cielo, sino que se golpeaba el pecho y decÃa: “Dios mÃo, ten misericordia de mÃ, porque soy un pecador.â€
pero Jesús los llamó y les dijo: «Dejen que los niños se acerquen a mÃ. No se lo impidan, porque el reino de los cielos es de los que son como ellos.