Porque no hay nada encubierto que no haya de ser manifestado, ni nada oculto que no haya de saberse.
Por tanto, todo lo que ustedes digan en la oscuridad, se oirá a plena luz, y lo que ustedes musiten en la alcoba, se dará a conocer desde las azoteas.
¿Acaso no se venden cinco pajarillos por un par de monedas? Sin embargo, Dios no se olvida de ninguno de ellos.
Lo mismo pasa con ustedes, pues hasta los cabellos de su cabeza están todos contados. Asà que no teman, pues ustedes valen más que muchos pajarillos.
La vida es más que la comida, y el cuerpo es más que el vestido.
FÃjense en los cuervos: no siembran, ni siegan; no tienen almacenes ni bodegas, y no obstante Dios los alimenta. ¿Acaso no valen ustedes mucho más que las aves?
FÃjense en los lirios, cómo crecen, y no trabajan ni hilan; pero yo les digo que ni Salomón, con todas sus riquezas, llegó a vestirse como uno de ellos.
Y si Dios viste asà a la hierba, que hoy está en el campo y mañana es echada al horno, ¡cuánto más hará por ustedes, hombres de poca fe!
Asà que no se preocupen ni se angustien por lo que han de comer, ni por lo que han de beber.
Todo esto lo busca la gente de este mundo, pero el Padre sabe que ustedes tienen necesidad de estas cosas.
Busquen ustedes el reino de Dios, y todas estas cosas les serán añadidas.
»Ustedes son un rebaño pequeño. Pero no tengan miedo, porque su Padre ha decidido darles el reino.
Vendan lo que ahora tienen, y denlo como limosna. ConsÃganse bolsas que no se hagan viejas, y háganse en los cielos un tesoro que no se agote. Allà no entran los ladrones, ni carcome la polilla.
Sean como los siervos que están pendientes de que su señor regrese de una fiesta de bodas: en cuanto su señor llega y llama, ellos le abren enseguida.
»Yo he venido a lanzar fuego sobre la tierra. ¡Y cómo quisiera que ya estuviera en llamas!
Hay un bautismo que debo recibir, ¡y cómo me angustio esperando que se cumpla!
¿Creen ustedes que he venido a la tierra para traer paz? Pues les digo que no, sino más bien división.
Porque de ahora en adelante una familia de cinco estará dividida en tres contra dos, y en dos contra tres.
El padre se enfrentará con el hijo, y el hijo con el padre. La madre estará en contra de la hija, y la hija en contra de la madre. La suegra estará en contra de su nuera, y la nuera en contra de su suegra.»