Though I walk in the midst of trouble, thou wilt revive me: thou shalt stretch forth thine hand against the wrath of mine enemies, and thy right hand shall save me.
Llegaron entonces cuatro hombres que cargaban a un paralÃtico.
Como no podÃan acercarse a Jesús por causa de la multitud, quitaron parte del techo donde estaba Jesús, hicieron una abertura, y por ahà bajaron la camilla en la que estaba acostado el paralÃtico.
Cuando Jesús vio la fe de ellos, le dijo al paralÃtico: «Hijo, los pecados te son perdonados.»
Algunos de los escribas que estaban allà sentados, se decÃan a sà mismos:
“Levántate, toma tu camilla, y vete a tu casa.â€Â»
Enseguida el paralÃtico se levantó, tomó su camilla y salió delante de todos, que se quedaron asombrados y glorificando a Dios, al tiempo que decÃan: «¡Nunca hemos visto nada parecido!»
Cuando los escribas y los fariseos lo vieron comer con cobradores de impuestos y con pecadores, les preguntaron a los discÃpulos: «¿Cómo? ¿Éste come y bebe con cobradores de impuestos y con pecadores?»
Pero vendrá el dÃa en que el novio les será quitado, y entonces sÃ, ese dÃa ayunarán.
Nadie remienda un vestido viejo con un paño de tela nueva, porque la tela nueva estira la tela vieja y la rotura se hace peor.
Ni tampoco se echa vino nuevo en odres viejos, porque el vino nuevo revienta los odres, y entonces el vino se derrama y los odres se echan a perder. Más bien, el vino nuevo debe echarse en odres nuevos.»
Un dÃa de reposo, mientras Jesús pasaba por los sembrados, sus discÃpulos comenzaron a arrancar espigas a su paso.
Jesús les respondió: «¿Nunca leyeron lo que hizo David con sus acompañantes, en aquella ocasión en que tuvieron hambre?
Pues entró en la casa de Dios y comió los panes de la proposición, que sólo a los sacerdotes les es permitido comer, ¡y hasta los compartió con sus acompañantes! En aquel tiempo Abiatar era el sumo sacerdote.»