Llevaron unos niños a Jesús para que los tocara, pero los discÃpulos reprendieron a quienes los habÃan llevado.
Al ver esto, Jesús se indignó y les dijo: «Dejen que los niños se acerquen a mÃ. No se lo impidan, porque el reino de Dios es de los que son como ellos.
Jesús los miró fijamente y les dijo: «Esto es imposible para los hombres, pero no para Dios. Porque para Dios todo es posible.»
Pedro comenzó entonces a decirle: «Como sabes, nosotros lo hemos dejado todo, y te hemos seguido.»
Jesús respondió: «De cierto les digo: No hay nadie que por causa de mà y del evangelio haya dejado casa, hermanos, hermanas, madre, padre, hijos, o tierras,
que ahora en este tiempo no reciba, aunque con persecuciones, cien veces más casas, hermanos, hermanas, madres, hijos, y tierras, y en el tiempo venidero la vida eterna.
Muchos de los que ahora son los primeros, serán los últimos; y los que ahora son los últimos, serán los primeros.»
Jesús les dijo: «Ustedes no saben lo que piden. ¿Acaso pueden beber del mismo vaso del que yo bebo, o ser bautizados con el mismo bautismo que voy a recibir?»
Ellos dijeron: «Sà podemos.» Entonces Jesús les dijo: «A decir verdad, beberán del vaso del que yo bebo, y recibirán el mismo bautismo que voy a recibir,
pero no me corresponde concederles que se sienten a mi derecha o a mi izquierda, pues ya es de aquellos para quienes está preparado.»
Cuando los otros diez oyeron esto, se enojaron contra Jacobo y Juan.
Pero Jesús los llamó y les dijo: «Como ustedes saben, los gobernantes de las naciones las dominan, y los poderosos les imponen su autoridad.
Pero entre ustedes no debe ser asÃ. Más bien, aquel de ustedes que quiera hacerse grande será su servidor,
y aquel de ustedes que quiera ser el primero, será su esclavo.
Porque ni siquiera el Hijo del Hombre vino para ser servido, sino para servir y para dar su vida en rescate por muchos.»
Llegaron a Jericó, y al salir de la ciudad Jesús iba seguido de sus discÃpulos y de una gran multitud. Junto al camino estaba sentado un mendigo llamado Bartimeo hijo de Timeo, que era ciego.