Though I walk in the midst of trouble, thou wilt revive me: thou shalt stretch forth thine hand against the wrath of mine enemies, and thy right hand shall save me.
»Ustedes son la sal de la tierra, pero si la sal pierde su sabor, ¿cómo volverá a ser salada? Ya no servirá para nada, sino para ser arrojada a la calle y pisoteada por la gente.
»Ustedes son la luz del mundo. Una ciudad asentada sobre un monte no se puede esconder.
Tampoco se enciende una lámpara y se pone debajo de un cajón, sino sobre el candelero, para que alumbre a todos los que están en casa.
De la misma manera, que la luz de ustedes alumbre delante de todos, para que todos vean sus buenas obras y glorifiquen a su Padre, que está en los cielos.
»No piensen ustedes que he venido para abolir la ley o los profetas; no he venido para abolir, sino para cumplir.
Porque de cierto les digo que, mientras existan el cielo y la tierra, no pasará ni una jota ni una tilde de la ley, hasta que todo se haya cumplido.
De manera que, cualquiera que quebrante uno de estos mandamientos muy pequeños, y asà enseñe a los demás, será considerado muy pequeño en el reino de los cielos; pero cualquiera que los practique y los enseñe, será considerado grande en el reino de los cielos.
Yo les digo que, si la justicia de ustedes no es mayor que la de los escribas y los fariseos, ustedes no entrarán en el reino de los cielos.
»Ustedes han oÃdo que se dijo a los antiguos: “No matarásâ€, y que cualquiera que mate será culpable de juicio.
Pero yo les digo que cualquiera que se enoje contra su hermano, será culpable de juicio, y cualquiera que a su hermano le diga “necioâ€, será culpable ante el concilio, y cualquiera que le diga “fatuoâ€, quedará expuesto al infierno de fuego.
Por tanto, si traes tu ofrenda al altar, y allà te acuerdas de que tu hermano tiene algo contra ti,
Y si tu mano derecha te hace caer en pecado, córtatela y deshazte de ella; es mejor que se pierda uno de tus miembros, y no que todo tu cuerpo sea echado al infierno.
Pero yo les digo que el que se divorcia de su mujer, a no ser por causa de fornicación, hace que ella adultere, y el que se casa con la divorciada, comete adulterio.
Al que te pida, dale, y al que quiera tomar de ti prestado, no se lo rehúses.
»Ustedes han oÃdo que fue dicho: “Amarás a tu prójimo, y odiarás a tu enemigo.â€
Pero yo les digo: Amen a sus enemigos, bendigan a los que los maldicen, hagan bien a los que los odian, y oren por quienes los persiguen,
para que sean ustedes hijos de su Padre que está en los cielos, que hace salir su sol sobre malos y buenos, y que hace llover sobre justos e injustos.