Tampoco se hagan llamar “maestrosâ€, porque sólo uno es su Maestro, y es el Cristo.
El que sea más importante entre ustedes, sea siervo de todos.
Porque el que se enaltece será humillado, y el que se humilla será enaltecido.
»Pero ¡ay de ustedes, escribas y fariseos, hipócritas! Porque le niegan a la gente la entrada al reino de los cielos, y ni ustedes entran, ni tampoco dejan entrar a los que quieren hacerlo.
[¡Ay de ustedes, escribas y fariseos, hipócritas! Porque devoran las casas de las viudas, y como pretexto hacen largas oraciones. Por esto, mayor será su condenación.]
¡Ay de ustedes, escribas y fariseos, hipócritas! Porque recorren mar y tierra en busca de seguidores, y una vez que los consiguen, los hacen dos veces más hijos del infierno que ustedes.
»¡Ay de ustedes, guÃas ciegos! Pues dicen: “Si alguno jura por el templo, no es nada; pero si alguno jura por el oro del templo, debe cumplir el juramento.â€
»¡Ay de ustedes, escribas y fariseos, hipócritas! Porque pagan el diezmo de la menta, del eneldo y del comino, y soslayan lo más importante de la ley, que es la justicia, la misericordia y la fe. Es necesario que hagan esto, pero sin dejar de hacer aquello.
¡GuÃas ciegos, que cuelan el mosquito, pero se tragan el camello!
»¡Ay de ustedes, escribas y fariseos, hipócritas! Porque limpian por fuera el vaso y el plato, pero por dentro están llenos de robo y de injusticia.
»¡Ay de ustedes, escribas y fariseos, hipócritas! Porque son como los sepulcros blanqueados, que por fuera se ven hermosos pero por dentro están llenos de carroña y de total impureza.
para que recaiga sobre ustedes toda la sangre inocente que se ha derramado sobre la tierra, desde la sangre de Abel el justo hasta la sangre de ZacarÃas hijo de BerequÃas, a quien ustedes mataron entre el templo y el altar.
De cierto les digo que todo esto vendrá sobre esta generación.