Likewise the Spirit also helpeth our infirmities: for we know not what we should pray for as we ought: but the Spirit itself maketh intercession for us with groanings which cannot be uttered.
TodavÃa estaba hablando cuando una nube de luz los cubrió, y desde la nube se oyó una voz que decÃa: «Éste es mi Hijo amado, en quien me complazco. ¡Escúchenlo!»
Al oÃr esto los discÃpulos, se postraron sobre sus rostros, llenos de miedo;
pero Jesús se acercó a ellos, los tocó y les dijo: «Levántense; no tengan miedo.»
Y cuando ellos alzaron la vista, no vieron a nadie más que a Jesús.
Cuando descendieron del monte, Jesús les mandó: «No digan nada a nadie de esta visión, hasta que el Hijo del Hombre resucite de los muertos.»
Jesús les dijo: «Porque ustedes tienen muy poca fe. De cierto les digo, que si tuvieran fe como un grano de mostaza, le dirÃan a este monte: “QuÃtate de allà y vete a otro lugarâ€, y el monte les obedecerÃa. ¡Nada serÃa imposible para ustedes!»
Pedro le respondió: «De los extraños». Jesús le dijo: «Por lo tanto, los hijos quedan exentos de pagarlos.
Sin embargo, para no ofenderlos, ve al lago, echa el anzuelo, y toma el primer pez que saques. Al abrirle la boca, hallarás una moneda. Tómala, y dásela a ellos por ti y por mÃ.»