Jesús les dijo: «¿Tampoco ustedes han podido entender?
¿No entienden que todo lo que entra por la boca se va al vientre, y luego se echa en la letrina?
Pero lo que sale de la boca, sale del corazón; y esto es lo que contamina al hombre.
Porque del corazón salen los malos deseos, los homicidios, los adulterios, las fornicaciones, los robos, los falsos testimonios, las blasfemias.
Estas cosas son las que contaminan al hombre. El comer sin lavarse las manos no contamina a nadie.»
Cuando Jesús salió de allÃ, se fue a la región de Tiro y de Sidón.
De pronto salió una mujer cananea de aquella región, y a gritos le decÃa: «¡Señor, Hijo de David, ten misericordia de mÃ! ¡A mi hija la atormenta un demonio!»
La multitud se quedaba asombrada, y al ver que los mudos hablaban, los mancos eran sanados, los cojos andaban y los ciegos veÃan, glorificaban al Dios de Israel.