Y es que Herodes habÃa aprehendido a Juan, y lo habÃa encadenado y metido en la cárcel. Lo habÃa hecho por causa de HerodÃas, la mujer de Felipe su hermano,
pues Juan le decÃa: «No te es lÃcito tenerla.»,
Herodes querÃa matarlo, pero tenÃa miedo porque la gente veÃa a Juan como un profeta.
En el cumpleaños de Herodes, la hija de HerodÃas danzó delante de todos, y tanto agradó esto a Herodes
que bajo juramento prometió darle todo lo que ella le pidiera.
Ellos le dijeron: «Aquà tenemos sólo cinco panes y dos pescados.»
Él les dijo: «Tráiganmelos acá.»
Mandó entonces a la gente que se recostara sobre la hierba. Tomó los cinco panes y los dos pescados, y levantando los ojos al cielo los bendijo, los partió, y dio los panes a los discÃpulos, y los discÃpulos a la multitud.
Todos comieron, y quedaron satisfechos; y de lo que sobró se recogieron doce cestas llenas.
Los que comieron fueron como cinco mil hombres, sin contar a las mujeres y los niños.