Balaam le respondió:«¿Y acaso no tengo que decir lo que el Señor ponga en mis labios?»
Pero Balac insistió:«Te ruego que vengas conmigo a otro lugar, desde donde no puedas ver a todos ellos sino solamente su parte extrema. Desde allà los maldecirás por mÃ.»
Y Balac llevó a Balaam al campo de SofÃn, que está en la cumbre del Pisga. Allà edificó siete altares, y en cada altar ofreció un becerro y un carnero.
Yo he recibido la orden de bendecir;la bendición de Dios no puedo revocarla.
Dios no ha hallado iniquidad en Jacob,ni ha encontrado perversidad en Israel.El Señor su Dios está con ellos,y ellos lo aclaman como su rey.
Dios los ha sacado de Egiptocon la poderosa fuerza de un búfalo.
Contra Jacob nada pueden las brujerÃas;contra Israel nada valen las artes mágicas.De Jacob, que es Israel, se dirá:¡Miren lo que ha hecho Dios con ellos!
Este pueblo se levantará como un león;como león rugiente se pondrá de pie.No se echará hasta haber devorado la presa,¡hasta saciarse con la sangre de los muertos!»
Pero Balac le dijo a Balaam:«Si no lo vas a maldecir, ¡tampoco lo bendigas!»
Y Balaam le respondió:«¿No te he dicho que yo debo decir todo lo que el Señor me diga?»
Balac le dijo entonces:«Yo te ruego que me acompañes a otro lugar. Tal vez desde allà Dios maldiga a Israel.»
Y Balac llevó a Balaam a la cumbre de Pegor, desde donde se mira hacia el desierto.
Allà Balaam le dijo a Balac:«Levanta aquà siete altares, y prepárame siete becerros y siete carneros.»