Be merciful unto me, O God, be merciful unto me: for my soul trusteth in thee: yea, in the shadow of thy wings will I make my refuge, until these calamities be overpast.
que les dijeron a los ancianos de Madián:«Esta gente va a acabar con todos nuestros contornos, del mismo modo que el buey acaba con la grama del campo.»Balac hijo de Sipor era entonces el rey de Moab,
asà que mandó llamar a Balaam hijo de Beor, que estaba en Petor, junto al rÃo, en el territorio de los hijos de su pueblo. Los mensajeros le dijeron:«De Egipto ha salido un pueblo que cubre la faz de la tierra, y que ha venido a plantarse delante de mÃ.
Balaam le respondió a Dios:«Balac hijo de Sipor, que es rey de Moab, mandó a decirme:
“De Egipto ha salido un pueblo que cubre la faz de la tierra. Yo te ruego que vengas y lo maldigas por mÃ. ¡Tal vez logre yo herirlo y echarlo fuera!â€Â»
Entonces Dios le dijo a Balaam:«No vayas con ellos, ni maldigas a ese pueblo, porque es un pueblo bendito.»
Y asÃ, al dÃa siguiente Balaam se levantó y les dijo a los prÃncipes de Balac:«Vuelvan a su tierra. El Señor no me permite ir con ustedes.»
Los prÃncipes de Moab se levantaron y fueron a decirle a Balac:«Balaam no quiso venir con nosotros.»
Una vez más, Balac envió a otros prÃncipes, más importantes todavÃa que los anteriores,
Durante la noche, Dios vino y le dijo a Balaam:«Puesto que estos hombres han acudido a ti, levántate y vete con ellos. Pero harás sólo lo que yo te diga.»
Al dÃa siguiente, Balaam se levantó, le puso a su asna el aparejo, y se fue con los prÃncipes de Moab.
Balaam iba montado sobre su asna, y acompañado de dos criados suyos, pero en el camino la ira de Dios se encendió y su ángel salió dispuesto a obstruirle el paso.
Cuando el asna vio que el ángel del Señor estaba en el camino, y que en la mano tenÃa desenvainada la espada, se apartó del camino y se fue por el campo. Balaam azotó al asna para hacerla volver al camino,
pero el ángel del Señor se puso en un sendero de viñas, que de uno y otro lado tenÃa un cerco de piedras.
Y Balaam le respondió:«¡Es que te has burlado de mÃ! Si tuviera yo una espada en la mano, ¡ahora mismo te matarÃa!»
El asna le contestó:«Pero, Balaam, ¿acaso no soy yo tu asna? Desde que me tienes, y hasta este dÃa, tú has montado sobre mÃ. ¿Acaso te he tratado asà alguna vez?»Como Balaam respondió que no,
el Señor le abrió los ojos, y al ver Balaam que el ángel del Señor estaba en el camino y con la espada en la mano, se inclinó y se postró sobre su rostro.
En cuanto el asna me vio, tres veces se apartó de mÃ. Si ella no se hubiera apartado de mÃ, yo te habrÃa matado a ti, y a ella la habrÃa dejado con vida.»
Entonces Balaam dijo al ángel del Señor:«He pecado. Y es que no sabÃa que tú te interponÃas en mi camino. Pero ya que esto te parece mal, voy a regresarme.»
Pero el ángel del Señor le dijo:«Puedes ir con esos hombres. Pero sólo dirás lo que yo te ordene que digas.»Y asÃ, Balaam se fue con los prÃncipes de Balac.
Y cuando Balac supo que Balaam venÃa, salió a recibirlo a la ciudad de Moab, la cual está en los lÃmites de Arnón, es decir, en los extremos de su territorio.