¡Ay de los que aun acostados hacen planes inicuos y maquinan el mal, y en cuanto amanece los ejecutan, porque tienen el poder en la mano!
Codician las propiedades de otros, y se las quitan; codician casas, y las toman; oprimen al hombre y a su familia, al hombre y a su heredad.
Por lo tanto, asà ha dicho el Señor:«Ya he pensado lanzar contra esta familia una calamidad de la cual no saldrán bien parados. No volverán a andar erguidos, porque ese tiempo será malo.»
Cuando llegue el momento, su mal será proverbial, y como lamento les cantarán esta endecha:«Hemos sido destruidos por completo.Dios ha cambiado la suerte de nuestro pueblo.¡Nos ha quitado nuestros campos!¡Se los ha dado a otros en propiedad!»
Asà que no habrá quien reparta terrenos por sorteo en la congregación del Señor.
Ustedes, que ayer eran mi pueblo, hoy se han vuelto mis enemigos. A los que pasan, descaradamente los despojan de sus capas, como si fueran sus adversarios de guerra.
A las mujeres de mi pueblo las echan fuera de las casas que son su delicia, y a sus niños les arrebatan para siempre la honra que les di.