Ustedes, pueblo de Israel, oigan este canto fúnebre que elevo por ustedes.
La virginal Israel ha caÃdo,y no volverá a levantarse.Se halla postrada, en el suelo,y no hay quien la levante.
Porque asà ha dicho el Señor:«La ciudad que salga con mil soldadosvolverá con sólo cien,y la que salga con cienvolverá con sólo diez.Asà será en todo Israel.»
Pero no me busquen en Betel, ni vayan a Gilgal, ni pasen por Berseba. Porque los de Gilgal serán llevados al cautiverio, y los de Betel serán exterminados.
El Señor despoja de su fuerza al violento, y trae la ruina sobre sus baluartes.
Pero ustedes aborrecen a quienes los reprenden en las puertas de la ciudad; detestan a los que hablan con rectitud.
Por lo tanto, y puesto que ustedes ultrajan a los pobres y le cobran impuestos por su trigo, jamás habitarán las casas de piedra labrada que han construido, ni beberán jamás el vino de las hermosas viñas que plantaron.
Será como cuando alguien huye de un león, y se topa con un oso. O como cuando alguien entra en su casa y, al apoyarse en la pared, una culebra le muerde la mano.
El dÃa del Señor no será de luz, sino de tinieblas. ¡Será un dÃa sombrÃo, sin resplandor alguno!
«Yo aborrezco sus fiestas solemnes. ¡No las soporto, ni me complacen sus reuniones!