»Mientras yo sanaba a Israel, la iniquidad de EfraÃn y las maldades de Samaria quedaron al descubierto, pues incurrieron en un engaño. ¡Mientras los ladrones entran a la casa, afuera los salteadores asaltan!
No se pusieron a pensar que yo guardo en mi memoria toda su maldad. Pero ahora quedarán atrapados por sus malas obras, las cuales tengo muy presentes.
Al rey lo divierten con su maldad, y a los prÃncipes con sus mentiras.
¡Ay de ellos, porque se apartaron de mÃ! ¡Les sobrevendrá la destrucción, porque se rebelaron contra mÃ! Yo los redimÃ, y ellos dijeron de mà sólo mentiras.
No claman a mà de todo corazón, sino que gritan acostados en sus camas. Se juntan para el trigo y el vino, pero se rebelan contra mÃ.
Yo los he entrenado, he fortalecido sus brazos, pero ellos sólo intrigan contra mÃ.
Son como un arco engañoso, pues se vuelven, pero no hacia mÃ. Sus prÃncipes caen a filo de espada por la soberbia de su lengua, ¡y eso será su escarnio en la tierra de Egipto!