Mientras yo trataba de entender esto, por el lado poniente apareció un macho cabrÃo, que sin siquiera tocar el suelo se dispuso a atacar toda la tierra. TenÃa entre los ojos un cuerno muy prominente.
Yo vi cuando llegó hasta el carnero y lo atacó; lo hirió y le quebró sus dos cuernos, y el carnero no tenÃa fuerzas para hacerle frente, asà que lo derribó y lo pisoteó, y no hubo nadie que lo librara de su poder.
Y este macho cabrÃo se hizo muy poderoso; pero en la cumbre de su poder se le quebró el cuerno más largo, y en su lugar salieron otros cuatro cuernos de gran tamaño, que se lanzaron contra los cuatro vientos del cielo.
De uno de ellos salió un cuerno pequeño, que creció mucho hacia el sur, hacia el oriente, y hacia la tierra gloriosa.
Entonces dijo:«Presta atención, que voy a enseñarte lo que sucederá cuando cese la ira de Dios. Esto es para el tiempo del fin.
Tú viste un carnero con dos cuernos; esos dos cuernos son los reyes de Media y de Persia,
y el macho cabrÃo es el rey de Grecia. El cuerno grande que tenÃa entre los ojos es el primer rey.
El cuerno que fue quebrado, y los cuatro cuernos que salieron en su lugar, significa que de esa nación surgirán cuatro reinos, aunque no tan fuertes como ella.
Cuando estos reinos lleguen a su fin y los pecadores lleguen al colmo de su maldad, se levantará un rey despótico e intrigante.
Sus hechos llevarán la marca de la astucia y del engaño; se llenará de soberbia y arteramente destruirá a muchos pueblos, y desafiará al PrÃncipe de los prÃncipes. Pero será derrotado, y no por la intervención humana.
La visión que tuviste de las tardes y mañanas es verdadera, pero tú debes mantenerla en secreto porque aún falta mucho tiempo.»