Y los años de su maldad son el mismo número de esos dÃas, es decir, trescientos noventa dÃas. De este modo llevarás sobre ti la maldad del pueblo de Israel.
Cuando se cumplan estos dÃas, te acostarás de nuevo, pero esta vez sobre tu costado derecho, y durante cuarenta dÃas llevarás sobre ti la maldad del pueblo de Judá. Estoy contando un dÃa por año.
»Pero tú, toma trigo, cebada, habas, lentejas, millo y avena, y ponlos en una vasija, para alimentarte con todo esto el número de dÃas que te acuestes sobre tu costado. Esto es lo que comerás durante trescientos noventa dÃas,
en raciones de doscientos gramos al dÃa y a determinadas horas.
Entonces dije:«¡Ay, Señor y Dios! Yo no soy ningún ser inmundo, ni jamás, desde que era joven y hasta este dÃa, he comido carne de ningún animal muerto o despedazado, ni tampoco me he llevado a la boca carne inmunda.»