Be merciful unto me, O God, be merciful unto me: for my soul trusteth in thee: yea, in the shadow of thy wings will I make my refuge, until these calamities be overpast.
«Hijo de hombre, profetiza y diles que asà ha dicho su Dios y Señor:“La espada está afilada y pulida.
Afilada para degollar a sus vÃctimas;pulida para brillar en cada golpe.¿Y esto es motivo de alegrÃa?El cetro de mi hijo es despreciado,como si fuera un palo cualquiera.
SÃ, la espada está afilada;se afiló para tenerla a la mano.SÃ, la espada está pulida;se pulió para entregársela al verdugo.
»Tú, hijo de hombre, profetiza, y bate palmas una y otra vez. ¡Que hiera la espada asesina dos y hasta tres veces! ¡Ésta es la espada asesina que acabará con todos,
para que el corazón desmaye y los estragos se multipliquen! ¡En todas las puertas de sus ciudades he puesto el horror de la espada! ¡Dispuesta está para brillar! ¡Dispuesta está para degollar!
¡Da tajos a la derecha, da tajos a la izquierda, da tajos por todas partes!
«Tú, hijo de hombre, traza dos caminos para que por ellos venga el rey de Babilonia con su espada. Los dos caminos partirán del mismo paÃs, pero al comienzo de cada uno de ellos deberás poner una señal que indique la ciudad a la que lleva.
El rey de Babilonia se ha detenido en la encrucijada, donde se abren los dos caminos, y allà recurre a la adivinación: sacude las flechas, consulta a sus Ãdolos, examina el hÃgado.
Por lo tanto, asà ha dicho Dios el Señor:«Ustedes han hecho que se recuerde la maldad que han cometido. Sus traiciones y pecados han quedado al descubierto. Por eso, por haber traÃdo esto a la memoria, caerán en las manos del rey.
»Y a ti, profano e impÃo prÃncipe de Israel, te ha llegado el dÃa. Tu maldad ha llegado al colmo.
El Señor tu Dios te dice: “QuÃtate la tiara, ¡quÃtate la corona, que esto no puede seguir asÃ!†Lo bajo será exaltado, y lo alto será humillado.
»Y tú, hijo de hombre, profetiza contra los amonitas y diles de mi parte acerca de sus ofensas: “Asà ha dicho Dios el Señor: ‘La espada ya está desenvainada y lista para degollar; la espada está pulida y resplandece para masacrar.
Tus profetas te anuncian falsedades y te mienten con sus adivinaciones. Pero esos malvados ya han sido sentenciados a muerte. Tú descargarás la espada sobre su cuello, porque ha llegado la hora de poner fin a su maldad.